FICHA 1: NOS PONEMOS EN CAMINO. CHRISTIFIDELES LAICI (lunes 6 de febrero de 2017)

IDENTIDAD Y MISIÓN DEL LAICO Y LLAMADA A LA EVANGELIZACIÓN

FICHA 1: NOS PONEMOS EN CAMINO. CHRISTIFIDELES LAICI (lunes 6 de febrero de 2017)

Hay gente que no habla de Dios y los que hablan de Él quieren un Dios a su medida que no les complique la vida. Aunque se reconozcan creyentes, creen en un Dios a la medida humana, lejos del Misterio y la Sacralidad.

Otros dicen no creen en Dios, pero en si cree aunque no lo hayan descubierto todavía, o tienen miedo porque creen que les cambiará la vida.

Nuestra misión: dar a conocer a Dios, facilitar el encuentro con Él hasta que lo descubren como el sentido de su v

ida.

Esta misión siempre conlleva la Cruz, si no hay cruz no hay misión. Tenemos que estar dispuestos a asumir y aceptar la Cruz. Si no estás crucificado con Él en su Cruz, es que estás abajo con la lanza.

Oración y mortificación para la santidad.

Querer un Dios sólo de luz es negar la grandeza de Dios. Todo lo que Dios hace es por tu bien.

La felicidad para el mundo es la entrega a los sentidos (poder, placer, dinero). La felicidad para un creyente es la entrega total a Dios.

A pesar de todo el deseo de Dios está inserto en el ser humano, incluso la incertidumbre, la duda o la negación de Dios es reflejo del deseo que toda persona tiene de Dios en su vida que le da sentido a su existencia: toda persona busca el Amor de Dios.

En cuanto quitas el Amor de Dios tu corazón se queda vacío existencialmente, y lo intentas llenar con sucedáneos, con cosas materiales.

Tienes que ofrecer a la gente lo que realmente necesita y desea, no nos conformemos con sucedáneos.

Si “somos” y “estamos” llenos de Dios, sólo con “estar” ya evangelizamos. Y su fuera necesario y cuando sea preciso también con la palabra. Nos escucharán cuando seamos un referente para ellos.

Palabras clave: vocación, comunión y misión.

Lo primero es acoger y establecer una relación de amistad. Cuando descubren en tí  los valores que vives y de los que hablas. La acogida la hace Dios a través de nosotros.

La razón y el sentido de la vida es la búsqueda de Dios. El evangelizador ayuda a ese descubrimiento.