Cómo logré que muchos católicos
abandonaran su amada Iglesia
Expastor evangélico cuenta su
experiencia y cómo al fin regresó a la "antigua Iglesia de mis
antepasados"
Fui
protestante durante veinte años antes de convertirme al catolicismo. Hice que
muchas personas abandonaran la Iglesia Católica. Mi fórmula para lograr que los
católicos dejaran la Iglesia en general estaba conformada por tres pasos.
Paso 1: Lograr que los
católicos tengan una experiencia de conversión en un entorno protestante.
Muchas iglesias fundamentalistas, evangélicas y carismáticas
tienen programas dinámicos para los jóvenes, intensos oficios religiosos todos
los miércoles y domingos por la tarde y simpáticos pequeños grupos de estudios
bíblicos. Además, patrocinan cruzadas, seminarios y conciertos especiales. Los
católicos, invitados por un amigo protestante, pueden asistir a uno o más de
estos eventos sin dejar de participar de las Misas de los domingos en su
parroquia local.
La mayoría de los oficios
protestantes proclama una simple doctrina: arrepiéntanse de sus pecados y sigan
a Cristo en la fe. Además,
hacen hincapié en la importancia de una relación personal con Jesús y en la
recompensa de una vida eterna. La mayoría de los católicos que asisten a estos
oficios no está acostumbrada a escuchar semejantes desafíos directos de
abandonar el pecado y seguir a Cristo. En consecuencia, muchos católicos experimentan una genuina
conversión.
Vale decir que deberíamos elogiar a los protestantes por el fervor
que ponen para promover las conversiones.
Los líderes católicos deben
multiplicar las oportunidades para que la gente se convierta en un entorno
católico.
La razón es sencilla: aproximadamente cinco de cada diez personas
adoptan las creencias de la confesión en la que experimentaron su conversión.
Este porcentaje es incluso mayor para los que tienen conversiones profundas o
experiencias carismáticas gracias a los protestantes. (Créanme que lo sé muy bien;
me gradué en un colegio de la Asamblea de Dios y fui ministro de la juventud en
dos iglesias carismáticas).
Los pastores, evangélicos, líderes de juventud y ministros laicos
protestantes son plenamente conscientes de que las experiencias de conversión en
entornos protestantes suelen provocar la adhesión a la fe y a la iglesia
protestante.
Preguntas importantes:
¿Por qué hay tantos líderes católicos que no se percatan de esto?
¿Por qué son tan indiferentes a un proceso que se ha llevado a cientos de miles de católicos de la Iglesia?
Paso 2: “Darle a la conversión una interpretación protestante.”
¿Por qué son tan indiferentes a un proceso que se ha llevado a cientos de miles de católicos de la Iglesia?
Paso 2: “Darle a la conversión una interpretación protestante.”
La conversión genuina es una de las experiencias más preciosas de
la vida, equiparable al matrimonio o al nacimiento de un hijo. La conversión despierta una profunda
hambre de Dios. Los ministros protestantes efectivos capacitan a sus
trabajadores para que den seguimiento a este vivo deseo espiritual.
Antes de una cruzada en un estadio, les daba a los trabajadores de
seguimiento un curso de capacitación de seis semanas. Les mostraba cómo
presentar una interpretación protestante de la experiencia de la conversión
haciendo uso selectivo de los versículos de la biblia.
La cita elegida era, por supuesto, Juan 3,3, el versículo sobre
“nacer de nuevo”: “Jesús le respondió: Te aseguro que el que no nace de nuevo
no puede ver el reino de Dios”.
Utilizaba la técnica “touch
and go” (toca y sigue) similar a la que se utiliza en el entrenamiento de
pilotos para aterrizajes y despegues. Tocábamos brevemente Juan 3,3 para demostrar que
era necesario nacer de nuevo para alcanzar la vida eterna. Luego describía la
conversión en términos de nacer de nuevo. Hacíamos un rápido despegue antes de
leer Juan 3,5 que hace hincapié en la necesidad de nacer del agua y del
Espíritu.
Nunca les decía que durante 20 siglos las Iglesias ortodoxas y
católicas, haciéndose eco de la enseñanza unánime de los padres de la Iglesia,
¡entendían que este pasaje se refería al sacramento del bautismo!
Y obviamente nunca traía a colación la cita de Tito 3,5 (“Nos ha
salvado… mediante el bautismo regenerador y la renovación del Espíritu Santo”)
como referencia paralela a Juan 3, 5.
Según mi experiencia como
protestante, todos los católicos que tuvieron una conversión en un entorno
protestante carecían de una sólida comprensión de su fe católica.
En veinte años de ministerio protestante, nunca conocí a un
católico que supiese que Juan 3, 3-8 describe el sacramento del bautismo. No
fue muy difícil convencerlos de que ignoraran los sacramentos y al mismo tiempo
a la Iglesia que hacía hincapié en los mismos.
El libro de Proverbios dice:
“Parece justo el primero que pelea; mas llega su contendiente y lo
pone al descubierto” (18,17).
Los católicos que no cuentan
con una base bíblica para sus creencias nunca llegan a escuchar el resto de la
historia. Mi uso
selectivo de las escrituras hacía que la perspectiva protestante pareciera a
todas luces segura. Con el transcurso del tiempo, este enfoque unilateral de
las escrituras hizo que los católicos rechazaran su fe católica.
Paso 3: “Acusar a la Iglesia
Católica de negar la salvación por la gracia.”
Los católicos muchas veces consideran que los protestantes que
hacen proselitismo son intolerantes, cerrados o que están llenos de prejuicios.
Esto es injusto e impreciso; una caridad profunda vigoriza su fervor
equivocado.
Hubo una sola razón por la que hice que los católicos dejaran su
Iglesia: pensaba que iban camino al infierno. Creía, por error, que la Iglesia
Católica negaba que la salvación fuera por la gracia; sabía que cualquiera que
creyera esto no se ganaría el Cielo. Trabajé sin parar hasta convertirlos
movido por el amor a sus almas inmortales.
Utilicé Efesios 2,8-9 para convencer a los católicos de que era
imprescindible que abandonaran la Iglesia:
“Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no
viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para
que nadie se gloríe.”
Primero decía “la Biblia indica que la salvación es por la gracia
y no por las obras. ¿Correcto?” La respuesta siempre era sí.
Luego les decía “la Iglesia Católica enseña que la salvación es
por las obras. ¿Correcto?” (Nunca conocí a un católico que no dijera que sí.
Absolutamente todos los católicos que conocí durante mis veinte años de
ministerio confirmaron mi error de que el catolicismo enseñaba que la salvación
era por las obras y no por la gracia).
Finalmente, les decía que “la Iglesia Católica está llevando a sus
fieles al infierno cuando niegan que la salvación es por la gracia. Será mejor
que formen parte de una iglesia que enseñe cual es el verdadero camino al
cielo”.
Como además hacía una reseña veloz del libro de Efesios, muy pocas
veces cité el versículo 10 que dice
“En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden
a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos”.
Presten mucha atención a los
evangélicos que predican en estadios, en la televisión y en la radio. Nueve de
diez veces hacen hincapié en Efesios 2,8-9, pero NUNCA mencionan el versículo
10.
No somos esclavos que se esfuerzan vanamente por ganar la
salvación haciendo “obras de la ley” (Ef. 2, 8-9). Así, como hijos de Dios,
estamos inspirados y fortalecidos por el Espíritu Santo para hacer “obras
buenas” mientras cooperamos con nuestro Padre del Cielo para extender el reino
de Dios (Ef. 2,10)
El catolicismo enseña y cree en el mensaje completo de Efesios 2,
8-10, sin equívocos ni abreviando la verdad.
Durante veinte siglos la Iglesia Católica enseñó fielmente que la
salvación es por la gracia.
Pedro, el primer Papa, dijo
“Nosotros creemos más bien que nos salvamos por la gracia del
Señor Jesús” (Hch 15, 11).
El Catecismo de la Iglesia Católica, completamente refrendado por
el Papa Juan Pablo II, dice, “Nuestra justificación es obra de la gracia de
Dios” (número 1996).
El protestantismo comenzó cuando Martín Lutero declaró que somos
justificados (considerados rectos) sólo por la fe. Cuando trataba de que los
católicos abandonaran la Iglesia, no me daba cuenta de que Martín Lutero agregó
la palabra “sólo” a su traducción de Romanos 3,28 a los efectos de probar su
doctrina. (La palabra “sólo” no se encuentra en ninguna traducción protestante
contemporánea al inglés del versículo Romanos 3, 28).
No me di cuenta de que el único lugar en la biblia en que se hace
mención a “fe solamente” en el contexto de la salvación es en Santiago 2,24, en
el que la idea de la fe solamente se refuta explícitamente:
“Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la
fe solamente”.
Este versículo era perturbador, pero lo ignoré o lo tergiversé
para que significara otra cosa que lo que el versículo y su contexto enseñaban
claramente.
¿Los católicos deben
participar en eventos protestantes?
No tengo inconveniente de que los católicos participen en eventos
orientados al protestantismo y actividades ecuménicas valiosas siempre que:
Tengan una sólida comprensión de su fe católica.
Conozcan su fe lo suficientemente bien como para manifestársela a un no católico a través de las escrituras y los padres de la Iglesia.
Tengan la madurez suficiente para darse cuenta de que la presencia más profunda de Cristo no se encuentra necesariamente en un ambiente con demasiado ruido y gran emoción, sino que en momentos tranquilos como en la adoración a la Eucaristía (ver 1 R 19, 11-12).
Desafortunadamente, la mayoría de los hombres y mujeres católicos nacidos después de la Segunda Guerra Mundial no cumplen con dichas condiciones. Para ellos, asistir a funciones protestantes podría significar abrir una puerta que los llevará directo a un camino fuera de la Iglesia Católica.
Conozcan su fe lo suficientemente bien como para manifestársela a un no católico a través de las escrituras y los padres de la Iglesia.
Tengan la madurez suficiente para darse cuenta de que la presencia más profunda de Cristo no se encuentra necesariamente en un ambiente con demasiado ruido y gran emoción, sino que en momentos tranquilos como en la adoración a la Eucaristía (ver 1 R 19, 11-12).
Desafortunadamente, la mayoría de los hombres y mujeres católicos nacidos después de la Segunda Guerra Mundial no cumplen con dichas condiciones. Para ellos, asistir a funciones protestantes podría significar abrir una puerta que los llevará directo a un camino fuera de la Iglesia Católica.
“Hoy en día hay miles de hombres y mujeres católicos a punto de
dejar la única Iglesia por la que Cristo dio la vida.”
Hace poco escuché que un grupo de hombres católicos decidió no
consultar el Catecismo de la Iglesia Católica en su reducido grupo de estudio
de la biblia, por considerar que las Sagradas Escrituras eran suficientes. Tres
de estos hombres sostuvieron que ya no creían en la verdadera presencia de
Cristo en la Eucaristía. Con mi experiencia puedo saber hacia donde se dirige
este grupo: directamente a un camino que los alejará de la Iglesia Católica.
Durante las tres décadas
pasadas, miles de católicos dejaron la Iglesia por las posturas protestantes.
La iglesia más grande de Estados Unidos es la Iglesia Católica; el
segundo grupo más importante de cristianos en Estados Unidos es el de los
ex-católicos. El movimiento de hombres católicos tiene la solemne obligación de
ayudar a los hombres a descubrir las raíces bíblicas e históricas de su fe
católica. Entonces, en vez de abandonar la Iglesia, se volverán instrumentos
para ayudar a otros a descubrir los tesoros del catolicismo.
Recuerden que un hombre que deja la Iglesia muchas veces llevará
también con él a su familia (por generaciones y generaciones). (Le llevó
cuatrocientos años, 10 generaciones, a mi familia) regresar a la Iglesia
después de que una generación de mis antepasados en Noruega, Inglaterra,
Alemania y Escocia decidiera abandonar la Iglesia Católica.
Como una persona cuya familia hizo el camino de regreso al
catolicismo, permítanme hacerles una súplica personal a los hombres católicos,
especialmente a los líderes de diversos grupos de hombres católicos:
“No coloquen a católicos sin
formación en un entorno protestante. Pueden ganar experiencia religiosa en el
corto plazo, pero corren el riesgo a largo plazo de perder la fe. Sería
sumamente irresponsable exponerlos al protestantismo antes de exponerlos
completamente al catolicismo.”
En el funeral de mi padre, veintinueve años atrás, canté, lleno de
lágrimas, su himno favorito, “Faith of Our Fathers” (La fe de nuestros padres).
Ni mi padre, el hijo de un ministro, ni yo caímos en la cuenta de que la
verdadera fe de nuestros antepasados fue el catolicismo romano.
Todos los días agradezco a
Dios que me haya hecho regresar a la antigua Iglesia de mis antepasados. Todos los años que Dios me permita pasar en este
mundo continuaré proclamando tanto a mis hermanos protestantes como a los
católicos incipientes la gloriosa fe de nuestros padres.
¡Paz y bien hermanos!
Steve Wood
Steve Wood
–
¿Quién es Steve Wood?: Ex-director de un Instituto Bíblico en la Florida, Ex-pastor evangélico de una Iglesia interdenominacional. Estuvo sirviendo también en Costa Mesa en la Iglesia evangélica “El Calvario” mientras hacía sus estudios en un Instituto de la iglesia Asambleas de Dios. Trabajó en proyectos de evangelismo juvenil; fue lider de ministerios evangélicos en la prisión; organizó un Instituto de estudios bíblicos para adultos. Después hizo estudios de post-grado en el famoso seminario evangélico de teología Gordon-Conwell en Massachusetts.
¿Quién es Steve Wood?: Ex-director de un Instituto Bíblico en la Florida, Ex-pastor evangélico de una Iglesia interdenominacional. Estuvo sirviendo también en Costa Mesa en la Iglesia evangélica “El Calvario” mientras hacía sus estudios en un Instituto de la iglesia Asambleas de Dios. Trabajó en proyectos de evangelismo juvenil; fue lider de ministerios evangélicos en la prisión; organizó un Instituto de estudios bíblicos para adultos. Después hizo estudios de post-grado en el famoso seminario evangélico de teología Gordon-Conwell en Massachusetts.
Entre otras cosas en su testimonio de conversión Steve dice:
“Entre mas estudiaba los primeros siglos de cómo era la Iglesia primitiva mas
me daba cuenta que se parecía a la Iglesia Católica. Estudie mas a los
“primeros padres de la Iglesia” y escudriñe mas la Biblia. Mas confusión había
en mi. Para empeorar la situación, me entere de que dos de mis compañeros más
inteligentes y más anti-católicos del seminario evangélico también estaban
pensando en hacerse católicos. Un día cuando estaba predicando”, continua Steve
diciendo, “yo sentí que el Señor me decía: “Ahora o nunca”. Si en medio de
todos yo daba un paso de fe y reconocía la verdad yo iba a perderlo todo.
Perdería mi trabajo como pastor, no podría sostener a mi familia, era mi
carrera y era mi llamado. Yo había invertido 20 años preparándome para ser un
ministro protestante y Dios me decía: ¡Hazlo, ahora!… y lo hice.”
“Pedí disculpas a mi congregación reunida. Los “ancianos” líderes
me siguieron. Yo les dije que ya no podía seguir engañándome a mí mismo. Mi
peregrinar hacia la Iglesia que Cristo fundó: La Católica, ya había iniciado.
Luego: Oré más, estudié más, conocí la plenitud y llegué. La plenitud de una
relación personal con Cristo está en tener una relación personal también con el
cuerpo de Cristo: Su Iglesia (1 Cor 12) la Católica…” Steve Wood
–
Catholiceducation.org | del artículo “How I led Catholics Out of the Church.” St. Joseph’s Covenant Newsletter 4 no. 2 (March/April 1998)
Catholiceducation.org | del artículo “How I led Catholics Out of the Church.” St. Joseph’s Covenant Newsletter 4 no. 2 (March/April 1998)
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