VIDA CONSAGRADA CONTEMPLATIVA
Jornada Pro Orantibus
30 de mayo de 2010
- Una vida decididamente religiosa, que apunta claramente a la trascendencia, que no cede ante las tendencias a la secularización interna qe dominan la mayoría de las congregaciones en declive. Para ello, el lenguaje, las expresiones de vida común, las actividades y toda su existencia, asumen un tono que evoca al Dios del amor y la vida. Tanto si se dedican a la educación como a la parroquia, la prioridad la tiene la dimensión religiosa.
- Una actitud claramente liminar respecto de la cultura dominante, de la sociedad. No se busca tanto la inculturación, sino abrir un canal altrnativo, un espacio diferfente en el que encuenran expresión formas de vida, de relaciones y de comunicación ausentes en el mundo secular. Su misión consiste precisamente en abrir dichos espacios, en mantener una forma de vida distinta, conscientemente separada del resto.
- Un espíritu mayor de movilización, sobre todo para evangelizar. Comparando con el ambiente de las Órdenes tradicionales, aquí se respira un aire distinto, las comunidades son más dinámicas y vibrantes; tienen una causa por la que empeñarse, y se activan con gran entrega e ilusión para afirmar en medio del mundo que Dios existe y nos ama. Han superado el síndrome de la pasividad y los complejos de inferioridad, y no temen proclamar su esperanza; por eso aman la Iglesia y al Papa sin reservas.
- Una mayor visibilidad y distinción; una identidad más clara y definida, en contraste con otras opciones o con otros caminos cristianos. En general, se habla de una actitud más identitaria en el modo de vestir, de presentarse o de relacionarse; usan el hábito y habitan en conventos o casas religiosas.
- Un exqusito cuidado de la oración y de la liturgia, que se preparan con esmero y se viven con unción y profuno sentimiento espiritual. A menudo, dicha oración se realiza de puertas abiertas, y su forma de orar se convierte en toda una proclamación de aquello que llena de alegría sus vidas.
Fuentes:
Alfa y Omega (27 mayo 2010)
Fr. Lluís Oviedo Torró, OFM
2 comentarios:
Me ha gustado este artículo, creo es acertado.
Estoy muy contento, por cierto, de que nos reunamos el sábado con Maribel y Emilio. Es fundamental nos apoyemos mutuamente en la fe verdadera
Antonio, he estado reflexionando sobre lo que hemos hablado en la reunión del sábado, y creo que en parte tienes razón en 1º obedecer al obispo y ayudarlo en su tarea y 2º enseñar doctrina verdadera en un ambiente en que los que enseñan doctrina desviada parece que triunfan.
He pensado que voy a re-enviar mi currículum de profesor de filosofia católica y moral católica al seminario, a ver si les interesa. Si te parece bien, como tú conoces al rector, háblale de mi, de que yo podría enseñar teología y filosofía católica, y que lo haría gratis.
Otra cosa no se me ocurre. Dime tu qué puedo hacer, si se te ocurre algo.
Un abrazo en Cristo, desde María Inmaculada, Omnipotencia suplicante.
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