En busca de la santidad

Papa Francisco: Hay que tener en cuenta que la santidad no es algo que nos proporcionamos a nosotros mismos, que obtenemos con nuestras cualidades y nuestras habilidades. La santidad es un don, es el regalo que nos hace el Señor Jesús, cuando nos lleva con Él, nos cubre de Él y nos hace como Él... La santidad es el rostro más bello de la Iglesia: es descubrirse en comunión con Dios, en la plenitud de su vida y su amor... no es la prerrogativa de unos pocos: la santidad es un don que se ofrece a todos, sin excepción, por eso es el carácter distintivo de cada cristiano.

sábado, 23 de julio de 2011

FAMILIAS DE ACOGIDA: REUNIÓN INFORMATIVA






REUNIÓN INFORMATIVA


PARA LAS FAMILIAS DE ACOGIDA

Viernes, 29 de julio a las 19,00 h.
En el Seminario de Cádiz (c/Compañía)




Queridas familias de acogida:

En primer lugar queremos nuevamente agradecer vuestra generosidad al ofrecer vuestro hogar para dar alojamiento a los jóvenes extranjeros que nos visitarán del 11 al 15 de agosto.

Será para nosotros y nuestras familias unos días de auténtica y mutua evangelización, de convivencia, fraternidad e intercambio de experiencias. Nos ayudará a arraigar y edificar en Cristo nuestra vida y la de nuestras familias.

El próximo viernes día 29 de julio a las 19,00 h. os convocamos a una reunión informativa en el Seminario de Cádiz. Esta reunión – convivencia constará de tres partes:

1- Informar sobre las actividades que se celebrarán durante los Días en Diócesis, horarios y resolver todas las dudas que podáis tener acerca de la acogida en familias.

a. También os informaremos de dónde y cuándo vais a encontraros con los que jóvenes que vais a acoger desde el 11 al 15 de agosto. Recordad que la organización os pide ofrecerles alojamiento y desayuno.

b. La distribución de los jóvenes se va a realizar a través de 4 parroquias. Cada familia tendrá asignada una parroquia donde tendrá que acudir el día 11 de agosto a las 17,30 h. para recoger a sus jóvenes y acompañarles hasta vuestra casa.

c. En la reunión del día 29 de julio os comunicaremos a que parroquia tenéis que acudir.

d. El último día 15 de agosto se abrirá una consigna en el Colegio La Salle Mirandilla (frente al Campo de Sur) para que los jóvenes dejen allí su equipaje y lo recojan a la hora de la salida de los autobuses en dirección a Madrid.

2- Aprovecharemos la reunión para tener una merienda – convivencia para conocernos, intercambiar experiencia e inquietudes, Para ello os pedimos que llevéis algo sencillo para una merienda compartida.

3- La tercera parte de la reunión del viernes 29 de julio será compartir con los jóvenes voluntarios la Eucaristía que se celebrará a las 21,00 h. en la Iglesia de Santiago. Ofreceremos la Misa por los frutos espirituales de los Días en Diócesis en Cádiz y Ceuta y de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.



CITAS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA POR LAS FAMILIAS DE ACOGIDA

- VIERNES, 29 DE JULIO A LAS 19,00 H. EN EL SEMINARIO DE CÁDIZ.

o Reunión informativa para las Familias de Acogida y asignación de parroquia para recibir a los jóvenes.

- JUEVES, 11 DE AGOSTO A LAS 17,30 H . en la parroquia que cada familia tenga asignada.

o Para recibir a los jóvenes que va a alojar y acompañarles a su casa.

- LUNES, 15 DE AGOSTO A LAS 17,00 H.

o Los jóvenes recogerán su equipaje para llevarlos a la consigna habilitada en el Colegio La Salle Mirandilla.

Recibid un fuerte abrazo y que Santa María Reina de la Familia y de la Juventud os bendiga.


Antonio y Rosa (móvil: 619276052)

Comisión de alojamientos

http://www.enredadios.com/




P. Andrés Drouet Salcedo

Delegado de Pastoral Juvenil y Vocacional

lunes, 11 de julio de 2011

La Misericordia de Dios, motor de toda una vida









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Fuente:
http://oraciondelmilitante.blogspot.com/





LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DESDE LA DOCTRINA DE LA IGLESIA

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL


DESDE


LA DOCTRINA DE LA IGLESIA




Lic. Teresa Briozzo P., Prof. de la
Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades - UCSS


Nuestro país se encuentra frente al cambio de gobierno y, con él, a una serie de conflictos sociales pendientes. La aspiración de todos los ciudadanos se expresa frecuentemente en las palabras: "responsabilidad social". ¿Pero qué se entiende con esta expresión?

Para la Doctrina Social de la Iglesia Católica la responsabilidad social tiene, por un lado, su fundamento en la dignidad de la persona humana y, por otro lado, requiere el cumplimiento de unos principios que la hacen posible: el bien común, el destino universal de los bienes, la subsidiariedad, la participación y la solidaridad. Estos principios son la expresión de la verdad íntegra del hombre, conocida a través de la razón y de la fe; ellos brotan del encuentro del Evangelio con los problemas que surgen en la vida de la sociedad.

No es este el espacio para un estudio exhaustivo, pero sólo mencionaremos el significado de estas condiciones de la responsabilidad social.

PRINCIPIOS CLAVE

La dignidad humana. En primer lugar nos preguntamos: ¿Por qué el hombre es responsable del hombre? Y ¿ante quién es responsable? La Iglesia ve en el hombre la imagen viva de Dios revelada plenamente en el misterio de Cristo. Todo hombre, independientemente de su raza, color, de sus bienes materiales, de sus cualidades, vale la sangre de Cristo. Este es el fundamento de la dignidad de humana, por él Dios se viene a la tierra y dona su vida, para que éste logre una vida plena. No hay declaración ni autoridad humana que pueda despojar a un ser humano de esta dignidad; en realidad somos responsables de lo que hacemos con los hombres ante Dios.

El bien común. Es el conjunto de las condiciones de la vida social que hacen posible a cada uno de los hombres el logro pleno y fácil de su propia perfección. Ante todo, es el compromiso por la paz de las organizaciones y poderes del Estado, un sólido ordenamiento jurídico, la salvaguardia del ambiente, la prestación de los servicios esenciales para las personas: alimentación, habitación, trabajo, educación, transporte, salud, libertad de la información y tutela de la libertad religiosa. Todos y cada uno de nosotros estamos comprometidos en la construcción del bien común y, a su vez, todos necesitamos de él.

La distribución justa de los bienes. Dios ha destinado la tierra y cuanto contiene para el uso de todos los hombres y los pueblos. En consecuencia los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa en justicia y caridad. Todo hombre debe tener la posibilidad de gozar del bienestar necesario para su pleno desarrollo, por ello necesita tener la posibilidad de trabajar para conseguir los bienes necesarios y llevar una vida digna. Cuando los bienes materiales, intelectuales, económicos, culturales no llegan a todos se vive en la injusticia y esto genera violencia social.

La subsidiariedad. Los cuerpos sociales intermedios pueden desarrollar adecuadamente las funciones que les competen, sin verse despojados por otras agregaciones sociales de nivel superior, negando la dignidad y el espacio vital para participar activamente en la sociedad. Se trata de promover la ayuda económica, institucional, legislativa, a las entidades pequeñas como la familia y organizaciones intermedias, promoviendo la iniciativa privada. Este principio protege de la centralización de la burocratización, del asistencialismo, promoviendo el primado de la persona, de la familia, de las asociaciones y organizaciones intermedias.

La participación. Mediante la participación el ciudadano, como individuo o asociado, contribuye a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece. La participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente, en modo responsable en vistas al bien común. Por otra parte, la participación es una aspiración de todo ciudadano y es una de las garantías de la vida democrática.

La solidaridad. Expresa la exigencia de reconocer en el conjunto de vínculos que unen a los hombres y a los grupos sociales, el espacio ofrecido a la libertad para ocuparse del crecimiento común, compartido por todos. Esto implica que los hombres cultiven la conciencia de la deuda que tienen con la sociedad en la que viven; constituida por la cultura, el conocimiento científico y tecnológico, los bienes materiales e inmateriales y todo lo que la actividad humana ha producido.

Si todos los hombres son valiosos todos tienen que tener las condiciones para llevar una vida humana digna y de este modo poder realizarse como personas. Como hemos visto, no se trata de una afirmación teórica, sino de una forma de vida social en la que todas las personas tengan su espacio vital. Cada uno de nosotros, al fin de la vida, escuchará la pregunta del Creador: ¿Dónde está tu hermano? (Gn 4,9). Desde la UCSS se busca generar un espacio en el que se forme hombres capaces de crear una verdadera responsabilidad social que no sea solo una tendencia empresarial, sino una realidad que nos llama constantemente.

Para la Doctrina Social de la Iglesia Católica la responsabilidad social tiene, por un lado, su fundamento en la dignidad de la persona humana y, por otro lado, requiere el cumplimiento de unos principios que la hacen posible: el bien común, el destino universal de los bienes, la subsidiariedad, la participación y la solidaridad.

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Fuente:
http://jabenito.blogspot.com/


¡Todo lo puedo en Aquél que me conforta!

jueves, 7 de julio de 2011

La Eucaristía es un Pan distinto

LA EUCARISTÍA ES UN PAN DISTINTO,


NO LO ASIMILAMOS NOSOTROS, SINO QUE NOS ASIMILA A SÍ.







San Agustín nos ayuda a comprender la dinámica de la comunión eucarística cuando hace referencia a una suerte de visión en la cuál Jesús le dice: “Yo soy el alimento de los fuertes. Crece y me tendrás. Tu no me transformaras a mi en ti, come el alimento del cuerpo, pero tu te transformaras en mí” (Conf. VII, 10, 18). Mientras el alimento corporal viene asimilado por nuestro organismo y contribuye a su sustento, en el caso de la Eucaristía se trata de un Pan diferente: no somos nosotros los que lo asimilamos, sino que él nos asimila a sí, así somos conformados en Jesús, miembros de su Cuerpo, una sola cosa con Él. Este pasaje es decisivo. De hecho, propiamente porque es Cristo que, en la comunión eucarística nos transforma en Sí, nuestra individualidad, en este encuentro, viene abierta, liberada de su egocentrismo e inserida en la Persona de Jesús, que a su vez es inmersa en la comunión trinitaria.


Así la Eucaristía mientras nos une a Cristo, nos abre también a los otros, nos hace miembros los unos de los otros: no estamos mas divididos, sino una sola cosa en Él. La comunión eucarística me une a la persona que tengo junto a mí, y con la cual quizá no tengo una buena relación, pero también a los hermanos que están lejos, en cada parte del mundo. De aquí, de la Eucaristía, deriva entonces el sentido profundo de la presencia social de la Iglesia, como el testimonio de los grandes Santos sociales, que han estado siempre grandes almas eucarísticas. Quien reconoce a Jesús en la Hostia santa, lo reconoce en el hermano que sufre, que tiene hambre, que tiene sed, que es forastero, desnudo, enfermo, carcelado; y está atento a cada persona, se empeña, de modo concreto, para todos aquellos que están en necesidad.


Del don del amor de Cristo proviene por lo tanto nuestra especial responsabilidad de cristianos en la construcción de una sociedad solidaria, justa, fraterna. Especialmente en nuestro tiempo, en el que la globalización nos hace siempre mas dependientes los unos de los otros, el Cristianismo puede y debe hacer que esta unidad no se construya sin Dios, esto es sin el verdadero Amor, lo que daría espacio a la confusión, al individualismo, al atropello de todos contra todos. El Evangelio mira siempre a la unidad de la familia humana, una unidad no impuesta desde fuera, ni de los intereses ideológicos o económicos, sino a partir del sentido de responsabilidad los unos hacia los otros, porque nos reconocemos miembros de un mismo cuerpo, del cuerpo de Cristo, porque hemos aprendido y aprendemos constantemente del Sacramento del Altar que el compartir, el amor es el camino de la verdadera justicia.


Regresamos ahora al acto de Jesús en la Última Cena. ¿Que cosa a sucedido en aquel momento? Cuando El dice: esto es mi cuerpo que será entregado por Uds., esta es mi sangre que será derramada por Uds. y por una multitud ¿Qué cosa sucede? Jesús en ese gesto anticipa el evento del Calvario. El acepta por amor toda la pasión, con su tormento y su violencia, hasta la muerte de Cruz; aceptándola en este modo la transforma en un acto de donación. Esta es la transformación de la que el mundo tiene más necesidad, porque lo redime desde el interno, lo abre a la dimensión del Reino de los cielos. Pero esta renovación del mundo Dios quiere realizarla siempre a través del mismo camino seguido por Cristo, ese camino, más todavía, ese camino que es Él mismo. No hay nada de mágico en el cristianismo.


No hay atajos, sino que todo pasa a través de la lógica humilde y paciente del grano de trigo que se rompe para dar vida, la lógica de la fe que mueve las montañas con la fuerza mansa de Dios. Por esto Dios quiere continuar renovando la humanidad, la historia y el cosmos a través de esta cadena de transformaciones, de las cuales la Eucaristía es el sacramento. Mediante el pan y el vino consagrados, en los cuales está realmente presente su Cuerpo y Sangre, Cristo nos transforma, asimilándonos a Él: nos involucra en su obra de redención, haciéndonos capaces, por la gracia del Espíritu Santo, de vivir según su misma lógica de donación, como granos de trigo unidos a Él y en Él. Así se siembran y van madurando en los surcos de la historia la unidad y la paz, que son el fin al que tendemos, según el diseño de Dios.

Sin ilusiones, sin utopías ideológicas, nosotros caminamos por las calles del mundo, llevando dentro de nosotros el Cuerpo del Señor, como la Virgen María en el misterio de la Visitación. Con la humildad de sabernos simples granos de trigo, custodiamos la firme certeza que el amor de Dios encarnado en Cristo, es más fuerte que el mal, que la violencia y la muerte. Sabemos que Dios prepara para todos los hombres cielos nuevos y tierra nueva, donde reina la paz y la justicia – y en la fe entrevemos el mundo nuevo, que es nuestra verdadera patria. También esta tarde, mientras se pone el sol sobre nuestra amada ciudad de Roma, nosotros nos ponemos en camino: con nosotros está Jesús Eucaristía, el Resucitado, que ha dicho: “Yo estoy con Uds. todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).


Gracias Señor Jesús! Gracias por tu fidelidad, que sostiene nuestra esperanza. Quédate con nosotros, porque ya es tarde. “¡Buen Pastor, verdadero Pan, o Jesús, piedad de nosotros; nútrenos, defiéndenos, llévanos a los bienes eternos, en la tierra de los vivientes!”. Amen.


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Fuente: Ecclesia Digital
http://revistaecclesia.com/content/view/27133/64/


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FIRMES EN LA FE (Himno oficial JMJ Madrid 2011)

UN SEGLAR DESCUBRE LA ORACIÓN (Abelardo de Armas Añón)

Abelardo de Armas. Un seglar descubre la oración from Cruzados de Santa María on Vimeo.

Fuente: http://abelardodearmas.blogspot.com/