La responsabilidad de la escuela católica.
La tarea de un maestro no es sencillamente comunicar información o proporcionar capacitación en unas habilidades orientadas al beneficio económico de la sociedad; la educación no debe considerarse como algo meramente utilitario. Se trata de la formación de la persona humana, preparándola para vivir en plenitud. En una palabra, se trata de impatir sabiduría.
Nuncia olvidéis que los religiosos tienen una única contribución que ofrecer a este apostolado: el testimonio de amor a Cristo, el Mestro por excelencia. Esto va más allá de la evidente exigencia de que el contenido de la enseñanza concuerde siempre con la doctrina de la Iglesia. Se trata de que la vida de fe sea la fuerza impulsora de toda actividad escolar.
Una buena escuela educa integralmente a la persona en su totalidad. Y una buena escuela católica, además de este aspecto, debería ayudar a todos sus alumnos a ser santos.
4 comentarios:
Es una gran verdad que la escuela católica tiene que ayudar a sus alumnos a ser santos. La escuela católica debe hacer esto de forma específica y por vocación. Tienes toda la razón.
Permíteme añadir algo.
La escuela pública también, de otra manera, no específica. Basta con que la escuela pública no inculque ideas inmorales contra la ley natural a los niños y los adoctrine en el mal.
Es más, cualquier ambiente en que se muevan nuestros hijos tiene que ayudarles a odiar el pecado, amar al pecador, y ser santos, es decir, estar en Gracia y aumentar esa Gracia, por la caridad, hasta la perfección.
Y es que ayudar a los niños a ser santos es un deber de todos, de toda la sociedad, pues el amor a Dios por encima de todo es el primer mandamiento de la ley de Dios, y pertenece a la misma ley natural.
Una sociedad que vive en pecado, y desprecia la Gracia, nunca irá bien. Una sociedad sin Dios nunca irá bien.
Por eso yo añadiría, con tu permiso. la sociedad, ayuda para ser santos. La sociedad también pertenece a Cristo, todo pertenece a cristo.
Recuerdo a un sacerdote salesiano con el que me confesaba cuando estaba en BUP, que me decía:
-procura conservarte siempre en Gracia. Si la pierdes, recupérala cuanto antes con la confesión. Nunca jamás cometas un pecado. Por nada del mundo ofendas a Dios, ni de pensamiento. Y quiere mucho a los demás. Pero primero al Señor.
Lo recuerdo perfectamente. Esta enseñanza, desde mi adolescencia, nunca se me olvidará.
Y todos los días, al levantarme, rezo:
Señor, ayúdame a no cometer nunca un pecado y a servirte con todas mis fuerzas. Aýuda a mis hijas a no cometer nunca un pecado mortal y a que prefieran la muerte antes que cometerlo. Ayúdame a preferir la muerte antes que hacer algo grave que pueda ofenderte.
Tienes toda la razón, la escuela pública también está llamada a ayudar para ser santos, como la sociedad, como culqueir laico en su empresa o donde se desenvuelva en su vida, como el cura en su ministerio,... todo debería de converger en hacer el bien a los demás. Y, no nos engañemos, le haremos el mayor bien a nuestros hermanos, si le ayudamos a ser santos.
La escuela "católica" que no realiza esa función deja de tener sentido, ya no sirven para lo que fue creada. Si se limita, como mucho, a la propagación de valores altruistas, si sus ídolos son los "nelson mandela" (con perdón, que este hombre también tiene su mérito), estarán renunciando a lo más geniuno de un cristiano: presentar a Jesucristo como Dios que transforma la vida, que da sentido y orientación a nuestra existencia. Además, el colegio católico que renuncia a esta función, está cometiendo un fraude porque no vive ni divulga los valores cristianos que arrancan de una persona (no de una ideología): Jesucristo.
Estoy de acuerdo contigo. Ese fraude que dices es el gran DRAMA de la escuela católica
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