24 de julio de 2010
Tres amigos compartimos un mismo objetivo, unos mismos valores y un mismo recorrido.
Un mismo objetivo: Subir a la cima más alta del Sistema Central, Pico Almanzor 2592 metros.
Unos mismos valores: Amor a la naturaleza, contemplación de la creación, esfuerzo para conseguir un ideal, renunciar a la prisa, apertura a la sorpresa, aprovechar las oportunidades, descansar del verdadero cansancio.
Un mismo recorrido: viernes 5 de la tarde, con ilusión, alegría y jovialidad emprendemos desde la plataforma la subida por el Prado de las Pozas a los Barrerones que nos llevará dos horas y media más tarde al Santuario de Gredos, Laguna Grande y Refugio Elola. Como si fuera la primera vez vamos descubriendo cosas nuevas en un terreno ya conocido. Casi palmo a palmo conocemos la dulce dureza y suavidad de las primeras rampas empedradas. Como si fuera la primera vez nos vamos conociendo de nuevo los "tres hermanitos"; nuestra peculiar forma de ser, nuestro caracter, nuestras cualidades y defectos, nuestras ideas y valores. Nos vamos descubriendo de nuevo a corazón abierto, sin estereotipos, sin ideas preconcebidas. Posiblemente sea el primer asombro, tal vez haya habido otros antes y los habrá sin duda en el futuro.
Con preocupación y sorpresa vemos que Coti, en un terreno facil e increiblemente casi llano, parece tropezar y caer (imposible por su fortaleza física), pero no, es su fortaleza humana la que le lleva a lanzarse para coger con la mano una culebra que se cruza en nuestro camino. Quiere contemplarla de cerca y, sobre todo, quiere que nosotros la podamos contemplar. Lo que descubre en la naturaleza, quiere mostralo a los demás. No se plantea que posiblemente sea una víbora, sólo quiere que contemplemos esas maravilla que a nosotros nos habrían pasado desapercibida. No sabemos si era o no víbora; lo que si sabemos es que ámbos se respetaron y contemplaron mutuamente. Tal vez se reconociron de un encuentro anterior y recordaron su amistad y respeto.
Fuente de los Barrerones. Parada obligada no sólo por su pura y fresca agua, sino también para darnos un respiro en la dura subida. El Creador ha colocado la fuente en el sitio exacto y apropiado para un descanso. Dejamos atrás apróximadamente una hora de camino. Buen momento para recordar nuestras caras después de haber conocido bien el perfil de nuestras botas en movimiento. Compañeros de viaje que se unen, otros que se cruzan ya de vuelta de su aventura. Compartimos galletas, compartimos anécdotas, nos vamos conociendo, nos vamos reconociendo, nos reimos, recuperamos fuerzas para continuar nuestro camino. Unos minutos más tarde llegamos al mirador de los barrerones. Otro regalo, otra sorpresa. El gran circo de gredos ante nosotros, abajo la Laguna Grande, desde la izquierda el Morezón, el Cuchillar de los Tres Hermanitos, el Casquerazo, la Portilla de Los Machos, el Cuchillar de las Navajas, la Portilla Bermeja, el Almanzor, la Portilla de los Cobardes, La Galana esbelta queriendo competir en altura, ... y cerrando el círculo Cabeza Nevada. Aquí la parada no es obligada, es una propuesta que nos hace la creación. Es ya una opción personal y libre. ¿Quién se puede resisitir a contemplar esta maravilla?
Llegamos al Refugio Elola donde mientras cenamos empezamos a conocer a los demás comensales. Una pareja de ancianos japoneses que se deshacían en gestos de agradeciminto cada vez que le ofrecíamos el agua o recogíamos sus platos. No abrieron la boca en toda la velada salvo para ingerir el alimento. De todas formas aunque hubieran dicho algo no nos hubieramos enterado de nada. Pero, sin ningún lugar a dudas, comunicaron muchas cosas o pocas pero muy importantes. La edad (ni nada) es una limitación cuando se tiene claro un objetivo; y sobre todo cuando ese objetivo es muy valioso, cuando da sentido a lo que hacemos. A veces no vemos porque no miramos y a veces no escuchamos porque no observamos. No es necesario el lenguaje para la comunicación.
La noche fue cayendo pausadamente, la luna le iba dando el relevo al sol. El Circo de Gredos seguía reluciendo en la semioscuridad, en el Santuario nunca se apaga la luz del todo. Y los picos y las crestas como desafiantes, haciéndonos la propuesta de la superación. ¡Cuanto contenido en tan poco tiempo¡ ¿Cómo guardarlo en un escrito para no olvidarlo, para revivirlo, para saborearlo?. Por eso la montaña siempre será el mejor libro para la vida. En nuestra existencia cotidiana también recibimos multitud de ofertas. Recibiremos las adecuadas si nos posicionamos en el sitio adecuado y en el momento oportuno. La vida de cualquier persona viene configurada por la capacidad de proponerse unos fines y elegir los medios adecuados para conseguirlo. Esto es crear vida, otra cosa es más bien vegetar. Pero es que los fines y los objetivos no se inventan; están ahí esperando ser descubiertos. Por eso educar a otra persona no es darle nuestras riquezas sino ayudarle a descubrir las suyas.
Reinaba el silencio, casi todos ya dormían. Mi Amigo me propone rezar un misterio del Rosario que acepto gustosamente. A nuestra espalda, el Refugio; frente a nosotros los tres hermanitos nos contemplan cómo vamos desgranando las avemarías mientras contemplamos momentos de la vida de Jesucristo. Lo que iba a ser un sólo misterio se convirtió en un rosario completo. Y es que cuando tienes la suerte de contemplar la contemporaneidad de Jesucristo recordando pasajes del Evangelio y en la compañía de la Virgen, ni el tiempo ni el espacio existen. La noche se llena de contenido y todos los sentidos se centran en Dios.
Amanece el nuevo día con ilusión para emprender la subida al Almanzor, nuestro objetivo. Nos esperan nuevas aventuras y nuevas sorpresas. Después de desayunar nos equipamos para la dura subida. En la mochila llevamos las "cosas" que creemos necesarias, ropa de abrigo, bastones para ayudarnos en la caminata, ropa de agua, cantimplora, comida, etc.. Y es que para alcanzar cualquier objetivo en la vida nos tenemos que equipar bien, con inteligencia, con voluntad, ... para acertar con los medios adecuado. Pronto descubrirmos que los bastones son en este terreno un estorbo como tantas cosas que acumulamos en la vida que nos esclavizan y nos dificultan en nuestro recorrido. Vemos dos adultos con dos niños de unos 7 ú 8 años que no llevan nada, sólo ilusión, alegría, ... Tratamos de seguir sus pasos pero sólo los volvemos a ver en la cima cuando ya empezan a destrepar la cumbre. ¿Cuántas cosas superfluas nos hacen caminar con dificultad?.
Y en la cumbre, después de hacernos las oportunas fotos, contemplamos el panorama. La visión es muy distinta desde allá arriba. Hemos llegado a la cima junto con otros improvisados compañeros de viaje. Junto a la cruz que corona la cumbre te das cuenta que la cima está allá abajo, con esa base tan sólida llena de grandes rocas que sustentan las cumbres. Nuestros grandes ideales son también así, se construyen desde la base, desde unos valores humanos sólidos, desde unas actitudes valiosas, desde unos cirterios claros, desde la inteligencia, desde la libertad, desde la voluntad, desde el sentimiento, desde la reflexión, ... se construye desde los cimientos. La cumbre será alta y valiosa si la base está fundamentada en valores sólidos.
Emprendemos la bajada y... nueva sorpresa: nos cruzamos con la pareja de japoneses. Nuevas muestras de simpatía y saludo sin intercambio de las inutiles palabras. No hay dificultad cuando el ideal es valioso y el silencio puede llegar a ser mas elocuente que mil discrusos. Como dice el P. Morales: "el militante no pone pegas, las resuelve". En la vida ocurre lo mismo. Como en una ocasión le escuché al P. Juan Antonio Paredes: "Hay dos tipos de personas, los que tienen problemas para todas las soluciones y los que tienen soluciones para todos los problemas; ¿qué tipo de persona quieres ser?".
A media bajada comemos bajo un abrigo de rocas preparado para nosotros desde siempre. El terreno es inmenso, pero como dice Coti, JuanMa encontró el mejor sitio para el almuerzo y la consiguiente siesta. Después de dar gracias a Dios por todo, por la compañía, por los alimentos,.. JuanMa nos sorprende con una pequeña cantimplora azúl con un exquisito vino que fue el mejor complemento para el apetitoso lomo con el que Coti cargó toda la jornada. Cuando hay sintonía, armonía, cada uno ofrece lo mejor de si mismo.
Después de la merecida siesta descubrimos una maravillosa poza donde nos bañamos y pasamos tal vez el mejor momento de la jornada. La hemos bautizado como la "Esmeraldilla". Poza con base petrea, aguas cristalinas, frias pero agradeable.
Completamos el descenso y terminó esta aventura con nuevos retos, nuevos objetivos. El próximo será la Galana que nos espera ahí desafiante para nuesvas enseñanzas.
Pero será después de un paseo por los Alpes en el mes de agosto.
1 comentario:
Lo mejor de Gredos:
Contemplar de cerca a Dios junto a dos excelentes personas que saben lo que es la amistad.
Fue una gozada.
Muchas gracias, Toño y Juan Ma. Sois unas personas maravillosas.
Coti
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