EL VALOR DEL DIÁLOGO
Uno de los
valores que están en alza en el diálogo. Desde diferentes entidades sociales y
políticas se apela al diálogo como vía de solución de problemas. Se aconseja el
diálogo dentro de la familia como garantía para su salud y para el
entendimiento mutuo. En los colegios se llevan a cabo experiencias de diálogo
como método educativo para el respeto a los demás y como instrumento de
aprendizaje.
El diálogo,
como valor, no puede ser mero intercambio de ideas entre comunicantes, ni un
debate con actitudes preconcebidas. Por supuesto, no es un enfrentamiento
verbal defendiendo cada uno su manera de pensar o queriéndola imponer.
El diálogo no es un encontronazo de diferentes
posturas, sino que es una relación entre personas, con una actitud de apertura
total con sinceridad, confianza y deseo de ayuda mutua y colaboración. Si no es
así, llamémosla de otra manera: discusión, intercambio de posturas,
conversación sobre un tema, pero no llamemos diálogo a lo que no lo es.
En la
discusión lo importante es el tema de conversación, lo importante es “mi
postura”, el protagonista “soy yo”. En el diálogo, en cambio, los más
importante “eres tú”, es la otra persona, es acogerle y escucharle. Es ponerse
a su disposición, para no sólo escucharle, sino también entenderle y valorarle,
aportando cauces de salida o de solución.
Es ponerse
a disposición del otro para aceptarlo como es, espetando el desarrollo de su
personalidad. Es ponerse a su disposición para tomarlo en serio, valorar su
competencia, teniendo en cuenta su parecer y su opinión con sinceridad. Es ponerse
a su disposición para enviarle mensajes claros y coherentes, sin dobles
mensajes ni ironías.
Dialogar es
más que hablar, es escuchar; y escuchar no es oír, significa paciencia,
atención, apertura, capacidad de salir de sí mismo, deseo de comprender. El
diálogo no sólo es un valor, sino que también favorece la vivencia de otros
valores. En el diálogo lo importante es la persona que tenemos “en frente” o al
lado.
¿No será
que lo más importante es la persona por su sola existencia y no por sus
cualidades o “defectos”?
Antonio Manuel Sánchez Sánchez
(Publicado en diario de Cádiz el 3 de diciembre de
2001)
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