SEXTA PALABRA
"ESTÁ CUMPLIDO"
Estamos contemplando y
acompañando a Cristo en su pasión, le estamos viendo clavado en la cruz entre
dos ladrones, hemos visto cómo nos ha dado a María como Madre de Dios y madre
nuestra. Le hemos oído cada palabra y en cada palabra hemos visto una
declaración de amor. A cada palabra se le puede añadir un “te quiero”.
Y ahora, en este
momento, mirándome y mirándote a los ojos te dice la sexta palabra: “te quiero,
todo está cumplido”.
“Te quiero” he
culminado la obra para la que he venido, puedes confiar en mí. En Cristo está
depositada toda nuestra esperanza y esta esperanza no defrauda.
Es la muestra infinita
de amor que Dios nos tiene. Jesús aquí ya nos ha amado hasta el extremo, luego
su misión redentora está cumplida. Jesús ha cumplido la voluntad de Dios hasta
derramar la última gota de su sangre por amor.
Todo está cumplido, no
dudes en entregar tu vida por amor a la voluntad de Dios. Apoyados en esta confianza,
los creyentes en Cristo estamos capacitados para afrontar cualquier dificultad,
para llevar a término la voluntad de Dios.
“Todo está cumplido”
nos indica que cada uno de nosotros también tenemos una misión encomendada por
Dios que da sentido a nuestra vida. Que podemos confiar en Él, que no dudes en
acercarte a Cristo y entregar también tu vida por amor en la misión que tiene
preparada para ti. Acercarte a Cristo, que no es una idea o un personaje del
pasado, Cristo es Alguien, es contemporáneo nuestro, que ha dado toda su vida
por nuestra redención. Y con el que nos podemos relacionar, especialmente por
medio de los Sacramentos, pero también en la contemplación de su vida, en la
Palabra y en el servicio a los más necesitados. Que Cristo está presente en la
vida comunitaria de nuestras parroquias. Que Cristo está vivo y presente en ti y
en mí cuando estamos en gracia.
Aprovechemos esa
Presencia viva de Dios, aprovechemos que “todo está cumplido”, aprovechemos el
amor hasta el extremo de Cristo por cada de uno nosotros. Dejémonos amar por el
amor hasta el extremo de Cristo. Cuando dejas entrar ese amor total de Dios en
tu casa, en tu vida, en tu matrimonio, en tu trabajo o estudio, en tu familia,
… cuando tú le dejas que transforme tu vida, entonces verás también cumplida tu
vocación y misión.
Sólo tendrás una vida
feliz, una vida plena, cuando veas cumplida en tí la voluntad de Dios. Porque
la felicidad no depende de las circunstancias ni de los acontecimientos de la
vida, sino de la adhesión incondicional a la voluntad de Dios que da plenitud y
sentido a la vida.
Que también nosotros
podamos decir “todo está cumplido”, he cumplido con la vocación y misión que
Dios soñó para mí cuando me creó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario