En busca de la santidad

Papa Francisco: Hay que tener en cuenta que la santidad no es algo que nos proporcionamos a nosotros mismos, que obtenemos con nuestras cualidades y nuestras habilidades. La santidad es un don, es el regalo que nos hace el Señor Jesús, cuando nos lleva con Él, nos cubre de Él y nos hace como Él... La santidad es el rostro más bello de la Iglesia: es descubrirse en comunión con Dios, en la plenitud de su vida y su amor... no es la prerrogativa de unos pocos: la santidad es un don que se ofrece a todos, sin excepción, por eso es el carácter distintivo de cada cristiano.

lunes, 13 de marzo de 2023

QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO

 

QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO


Jesucristo con su Muerte y Resurrección consumó la Redención.

El Espíritu Santo hace posible de manera especial que los frutos de la redención lleguen a todo el mundo, a todos y cada uno de nosotros.

La Iglesia celebra en la fiesta de Pentecostés la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y María Santísima.  Cada año de alguna forma se repite este suceso.

El Espíritu Santo está presente en la Iglesia y en el alma de cada uno nosotros, si estamos en gracia. Podemos tener un trato continuado, íntimo y sobrenatural.

1.   ¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?

Es la tercera persona de la Santísima Trinidad.

La Santísima Trinidad es la verdad fundamental de nuestra fe cristiana: en Dios hay tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Las tres personas son Dios, las tres son eternas, las tres son omnipotentes, pero hay un solo Dios.

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad y profesamos su divinidad cuando rezamos en el Credo: «Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de la vida».

Hay un solo Dios, pero tres personas distintas.  Unas cosas se atribuyen al Padre (creador del mundo), otras al Hijo (la redención del mundo) y otras al Espíritu Santo la santificación de los hombres.

2.     EL ESPÍRITU SANTO VIVE EN TI

Somos templo del Espíritu Santo (1 Cor 3,16)

Para que el Espíritu Santo pueda obrar en el alma tenemos que vivir siempre en gracia de Dios: entonces somos templos del Espíritu Santo, que está dentro de nuestra alma y nos va santificando.

Si hay una cosa importante en esta tierra es vivir en gracia como hijos de Dios.  Y sólo hay una cosa que temer: separarse de Dios por el pecado, morir sin su gracia y perderse eternamente.

Es necesario recibir frecuentemente los sacramentos, pues por medio de ellos, recibimos la gracia de Dios y siempre que recibimos la gracia, recibimos el Espíritu Santo. 

Al Espíritu Santo se le conoce por sus efectos en nuestra alma, que son:

•    Nos santifica.  Por el Bautismo nos perdona el pecado original y nos hace hijos adoptivos de Dios. Por la Confirmación nos hace fuertes para profesar públicamente la fe.  Por la Penitencia recuperamos la gracia y nos la aumenta. Por la Comunión nos une más a Cristo y a los cristianos, recibiendo al mismo Cristo que nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre.

•    Nos ilumina, para que conozcamos la voluntad de Dios. 

•    Nos fortalece con su gracia, para cumplir la voluntad de Dios.

Es necesario también escuchar lo que el Espíritu Santo nos enseña a través del Magisterio de la Iglesia, el Papa, los obispos.

Es necesario también escuchar lo que el Espíritu Santo nos enseña interiormente para ser dóciles a lo que Dios quiere y espera de nosotros. 

3.    JESUS ENVIÓ EL ESPÍRITU SANTO

En la Ultima Cena, Jesús promete enviar el Espíritu Santo (Jn 14, 16-26) y diez días después de la Ascensión y 50 después de la Resurrección, Jesucristo cumplió su promesa y el Espíritu Santo descendió sobre la Virgen María y los Apóstoles en forma de lenguas de fuego, quedando llenos del Espíritu Santo, que los transformó. Era el día de Pentecostés.  La Iglesia sigue celebrando esta fiesta todos los años, y el Espíritu Santo sigue actuando de forma invisible en la Iglesia; es como su alma.

La Iglesia pide en la fiesta de Pentecostés que Dios derrame los dones de su Espíritu Santo sobre todos los rincones de la tierra, pero ¿cuáles son esos dones? Son siete.  

-       Don de Sabiduría: nos hace saborear las cosas de Dios.

-       Don de Entendimiento: nos ayuda a entender mejor las verdades de nuestra fe.

-       Don de Consejo: nos ayuda a saber lo que Dios quiere de nosotros y de los demás.

-       Don de Fortaleza: nos da fuerza y valor para hacer las cosas que Dios quiere.

-       Don de Ciencia: nos enseña cuáles son las cosas que nos ayudan a caminar hacia Dios.

-       Don de Piedad: con el que amamos más y mejor a Dios y al prójimo.

-       Don de Temor de Dios: nos ayuda a no ofender a Dios cuando flaquee muestro amor.

4.- NUESTRA ACTITUD ANTE EL ESPÍRITU SANTO

- Esperanza y deseo confiado de recibir el Espíritu Santo y los efectos.

El fruto de la acción del Espíritu Santo depende de:

-      Nuestra esperanza.

-      Nuestro deseo de recibirlo.

-      Nuestra confianza.

-      Nuestra vida comunitaria y eclesial.

- Intensificar nuestra relación con Él.

5.- ACUDE A LAS FUENTES DE LA GRACIA

- Eucaristía.

- Confesión.

- Palabra de Dios.

- Devoción a la Virgen María.

- Magisterio de la Iglesia.

- Oración.

- Vida comunitaria.

- Acción apostólica, servicio a los demás


 «Envía Señor tu Espíritu Santo, y se renovarán todas las cosas».

 

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