EL AMOR CREATIVO
“No sois vosotros los que me habéis elegido,
soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto,
y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo
dé. Esto os mando: que os améis unos a otros"
(San Juan
15,12-17)
Hay muchos tipos de amor: el amor a los padres, a los hermanos y a la familia, el amor a los amigos, el amor a Dios, a los ideales, incluso el amor al trabajo. Con el amor creativo nos estamos refiriendo al amor conyugal, a ese amor tan especial que integrando la inteligencia y el sentimiento es capaz de ser creativo.
Es preciso distinguir el amor de lo
que no lo es, o de lo que no lo es del todo. Esto es fundamental porque la vida
afectiva llena la mayor parte de nuestra existencia. La felicidad en tu vida va
a depender en gran medida de que no confundas el amor con sentimentalismos
pasajeros o situaciones parecidas de atracción, de admiración, … pero que no
son amor de verdad. Vivimos en una sociedad donde la palabra amor es usada para
cosas que no lo son, por eso es necesario tener claro su auténtico significado.
Puedes sentir algo por alguien, pero el sentimiento sólo no es suficiente.
Puedes tener buenas razones para salir con alguien, pero las razones no son
suficientes. Lo sabrás cuando veas integrados los sentimientos y las razones en
un deseo de futuro compartido que deberéis elaborar entre los dos para crear un
proyecto de vida consistente y duradero.
El amor pasa por diferentes etapas
que sirven para discernir si es el amor de verdad. El amor definitivo pasa por
un primer periodo de conocimiento mutuo que es el más epidérmico y el más
sentimental. Cuanto más conoces a alguien, más posibilidades tienes de
quererlo. Pero también es verdad que cuanto más le ames, más le conocerás. En
esta primera etapa es imprescindible el diálogo fluido y la comunicación eficaz
para ir conociendo las cualidades y defectos, los ideales, principios y
valores. Cada etapa del amor conlleva un tipo de relación y compromiso
diferente. Conviene dedicar el tiempo adecuado a cada etapa sin precipitarse
adelantando acontecimientos que corresponden a etapas posteriores de
conocimiento más profundo y de compromiso más claro. De la misma manera tampoco
es adecuado estancarse en una etapa inicial que no te abre a una relación más
profunda. A medida que vayáis creciendo en el amor mutuo iréis evolucionando
hacia una relación más profunda y a un compromiso cada vez más definitivo.
El amor es la capacidad más
creativa del ser humano. Por el amor somos capaces de crear un proyecto de vida
compartido para recorrerlo juntos, para ser felices caminando unidos. Esta es
la etapa decisiva en la que el dialogo y el conocimiento mutuo da como fruto la
creación de un proyecto de matrimonio de una vez y para toda la vida. Todo amor
verdadero nace con deseos de eternidad. Nadie se casa para un periodo de
tiempo, sino para siempre. El tener un proyecto común de vida fortalece la
convivencia y orienta el camino de vuestra vida por la senda de la felicidad.
Te darás cuenta cuando dentro de tu corazón tengas el convencimiento de que le
quieres, le prefieres, y que quieres pasar la vida con él porque te hace feliz
y para hacerle feliz.
El amor es sentimiento, es
voluntad, pero sobre todo es una hermosa tarea: te quiero, te prefiero y por eso quiero compartir mi vida contigo.
Esa es la tarea a realizar y alimentar cada día, esa es la voluntad de ser
feliz en cada momento, esa es la tarea que te da alas para disfrutar de los
buenos momentos y para superar las dificultades. Por eso el amor es creativo.
El amor es la más bella tarea creativa que da sentido a una vida y su mejor
fruto son los hijos. Por eso el amor maduro es capaz de añadir a los
sentimientos la inteligencia, la creatividad y la voluntad. La atracción, el
deseo y los sentimientos no son suficientes, se van completando con el
conocimiento y la voluntad creativa.
El amor verdadero, el amor creativo
que integra sentimientos y criterios no sólo es una bien para ti, no sólo es un
bien para los dos. La creación de vuestro proyecto de vida es un bien también
para los demás, es un bien para la sociedad. Por eso vuestra decisión de un
compromiso total, aunque sea una iniciativa vuestra basada en el enamoramiento
mutuo que ha ido manteniéndose en el tiempo, tiene un reconocimiento por parte
de la sociedad. Éste es también el sentido de la celebración de las bodas, no
sólo compartir la alegría con la familia y los amigos, sino también el
reconocimiento de que ese compromiso es beneficioso para la sociedad. La
creación de vuestro proyecto de vida se convierte en una institución que os
trasciende a vosotros mismos y que, además, favorece la estabilidad y la
consistencia de vuestro amor. El matrimonio que estáis llamados a crear es una
institución tan básica, fundamental e importante que la Iglesia lo ha elevado a
la categoría de sacramento. Es decir, la Iglesia reconoce que el Amor de Dios
está presente en vuestro amor, que Dios mismo se manifiesta en vuestro amor. No
sólo el día de la boda, no sólo el día de la ceremonia, sino que contáis con la
presencia y la ayuda de Dios todos y cada uno de los días de vuestra vida. La
ayuda de Dios estará presente en los mejores días de vuestra existencia, pero
también en las dificultades, en los momentos duros y difíciles.
Se podría decir que hay tres maneras de amar: amar con tu propia capacidad de amar, amar imitando al amor de Dios o amar con el mismo amor de Dios. ¿cuál de los tres será un amor más potente y duradero? Para amar con tu propio amor es suficiente conocerte a ti mismo y desarrollar tu capacidad de amar. Para amar imitando al amor de Dios bastaría con saber de él, estudiarle, tener conocimientos y nociones de Dios. Pero para amar con el amor de Dios es necesario que te encuentres con Él y te dejes transformar por Él para que tú seas instrumento del amor de Dios en el mundo.
El amor es un proceso que va evolucionando y creciendo en el
tiempo. Crearlo de manera inteligente alimentando el amor cada día y utilizando
toda ayuda. Y no dudéis que la ayuda más eficaz es la de Dios, que os ha creado
por amor y para amar.
Rosa María del Pozo y Antonio Sánchez
Directores Centro de
Orientación Familiar
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