ORACIÓN POR LA VIDA
¡Es mi vida!...Está en tus manos.
Jueves, 25 de marzo a las 19,00 h.
En la Parroquia de San Agustín (Cádiz)
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La nueva ley del aborto ha conseguido convertir el crimen en derecho.
La nueva ley del aborto no prevé la prestación de ninguna ayuda a la mujer gestante que tenga dificultades y que esté tentada de eliminar al hijo que lleva en su vientre, para que pueda seguir con esa gestación y para que pueda evitar la tragedia que supone para ella ese acto tremendo.
La pregunta ahora es: ¿qué podemos hacer ahora? Y la respuesta no puede obviar que, fruto de la manipulación de la propaganda abortista, pero sobre todo de la crisis moral que padece nuestra sociedad, si una parte considerable de la misma sufre una gravísima deshumanización, otra nada desdeñable sufre amnesia de la conciencia y pasiva resignación.
Por eso, porque la verdad esta de nuestra parte y que nuestra debilidad se convierte en fortaleza cuando estamos unidos, sabemos que ésta es la hora.
1. Es la hora de la verdad, porque sabemos que el crimen del aborto es tan abominable como todos aquellos crímenes, viejos y nuevos, que tanto nos avergüenzan.
2. Es la hora de la libertad, que está a favor de la vida y del bien del hombre, y no dejarnos vencer por la espiral del silencio, el derrotismo o la presión social.
3. Es la hora de la conciencia formada y firme, de su hondura, su honestidad, y su valor para afrontar la defensa de la vida y promover la cultura de la vida.
4. Es la hora de la familia –de los padres, de los hermanos, de los abuelos- porque es allí donde el verdadero amor puede frenar un delito que nace de la soledad.
5. Es la hora de los jóvenes, que sin prejuicios ideológicos, y buscadores de verdad y de bien, puedan demostrar que no hay nada más viejo que la cultura de la muerte.
6. Es la hora de los educadores, llamados a despertar en los jóvenes el valor sagrado de la vida, el sentido de responsabilidad, el espíritu de entrega y amor a los demás.
7. Es la hora de los médicos, cuidadores de la persona, física, psíquica y anímicamente, porque son los primeros que pueden inculcar amor a la vida a jóvenes y mayores.
8. Es la hora de los laicos, que en unidad con creyentes de otras confesiones o con no creyentes, tienen como vocación construir un mundo que respete y ame la vida.
9. Es la hora de toda la Iglesia, donde habita la única comunión con el hombre capaz de arrojar luz en la oscuridad y de despertar esperanza en la ofuscación.
10. Es la hora de Dios, porque sólo él, dador y salvador del hombre, puede, si le abrimos las puertas del corazón, prender por doquier el fuego del amor a la vida.
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