Jesús
comienza a predicar con una fuerza tremenda, camina con prisa, va con urgencia
predicando la conversión. “Convertíos y creed en el Evangelio. Creer sin convertirse
es imposible. Creer sin encuentro personal con Cristo es imposible. La fe por
su propia naturaleza exige o implica un encuentro con la persona concreta de Jesucristo.
En este encuentro hay siempre una llamada (vocación) y una misión (envío).
Debemos
periódicamente replantearnos nuestro seguimiento de Cristo, necesitamos una
nueva conversión; escuchar de nuevo “Conviértete, cree y sígueme”. Convertir
nuestro si a Jesucristo desde nuestra situación concreta. Conversión en noviazgo, respondiendo al amir.
Permanecer en Él, contemplar su vida, aprender de Él.
Contempla
la rapidez y prontitud de la respuesta de los apóstoles, “al instante le
siguieron” radicalmente. Seducidos por el Señor, radicalmente le siguieron.
Cuando nos apartamos de Él, la “fe” se convierte en costumbre. La fe es
dinámica, no se puede ser fiel sin un seguimiento rápido. Hay que entrar en su
lógica, seguir sus pasos con generosidad, disponibilidad, radicalidad, …
Cuáles son
las condiciones de los discípulos y cuáles son sus prioridades. Posponen todo lo que no sea Jesucristo. Se niegan a sí
mismo para que el Señor sea el dueño de su vida. La dificultad somos nosotros
mismos, por eso tenemos que prescindir de nosotros mismos. Ser como otro
Cristo. Renunciar a los bienes dispuestos a amar al Padre. Ser discípulo tiene
un coste: vaciarnos de nosotros mismos para que Dios nos llene. Tengo que
descubrir dónde están mis dificultades, mis apegos, mis esclavitudes, …
morales, sociales, …
Y dar un
paso más. A los apóstoles le dio poder sobre los espíritus inmundos. Le envía
sólo con un bastón, símbolo de la cruz y les dice lo que tienen que hacer. Los
apóstoles cumplen bien su misión y vuelven entusiasmados. Nuestra misión es dar gloria a Dios. Ser
creíbles agarrados a la Cruz, al bastón, que es nuestro apoyo y nuestra seguridad.
Predica a Cristo y a Cristo crucificado.
Disponibilidad
para ser testimonio del Amor de Dios en el mundo, para ser dóciles en las manos
de Dios. Los discípulos son instrumento y un instrumento se deja utilizar. El
Señor pide nuestra ayuda, ha querido necesitar
de nuestro trabajo. El Señor ha querido la necesidad de la predicación.
Desprendimiento
cuando llega el desprecio, la falta de éxito, … la persecución, quedas herido, …
esa es tu vida,… El Señor se encarga de que haya fruto.
“Como el
Padre me amó, permanecer en mi amor”. Que os améis unos a otros. “Vosotros sois
mis amigos”. “Os he elegido yo a vosotros y os he destinado para que deis
fruto.
Entrar en
el círculo del amor de Dios, como amigos íntimos. Permaneced en mi amor. Nos jugamos la vida en este misterio de amor.
Si no entiendo esto, no entiendo la Iglesia. Cuando alguien se aparta de la
Iglesia, se aparta de Cristo. Iglesia que celebra la Eucaristía con la Virgen
en medio.
Sin miedo
al mundo, sin miedo a la debilidad. Relativizar el mundo y sus dificultades,
pues el drama del mundo es no conocer a Dios. Lo que valgo para Dios no lo
valgo para nadie. (Aparecido, viaje de Benedicto XVI)
¿Qué
significa ser discípulo de Cristo?
-
Llegar a conocerlo. Escuchándole, caminando con Él,
teniendo sus mismos sentimientos, su mismo amor, formar una sola alma, sin
rivalidades ni vanaglorias, buscando el interés de los demás.
-
Comunión de vida. El discípulo crece dentro de la
comunidad que es la Iglesia, desarrollando la gracia de Dios.
-
Educación. El Señor nos va educando. Cada lectura
del Evangelio es una corrección fraterna.
-
Ser misionero. Predicar el Evangelio. Quien ha
conocido la verdad, tiene que transmitirlo.
-
Volver la mirada al Maestro y renovarnos.
Jesucristo,
contemporáneo nuestro, es la escuela de discipulado.
Atraer a
Cristo a los alejados, junto a su Sagrado Corazón. Ser facilitadores del
encuentro con Cristo.
Somos un
racimo, el Señor quiere que nos salvemos en comunidad, comunidad eclesial
diocesana vivía en pequeños grupos. Salva Jesucristo y quiere que nos salvemos
en racimo. Familias en el corazón de Cristo.
Permanecer
en su amor. Manos vacías para que el Señor haga su apostolado en mis manos.
Es la obra
de Dios, en sus manos Él la hará fecunda.
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