La importancia de los laicos y la tarea indispensable de los ministros ordenados
Juan Pablo II habló por primera vez de «nueva evangelización» el 9 de junio de 1979 en Nowa Huta, barrio industrial de Cracovia que se hizo famoso por la lucha de los creyentes contra el comunismo. Nowa Huta fue concebida como ciudad sin Dios, una ciudad sin símbolos religiosos y sin iglesia. Los obreros, sin embargo, se rebelaron y se reunieron para erigir primero una cruz. Más tarde, después de enfrentamientos con los órganos estatales y las fuerzas del orden, surgió incluso una iglesia, que debe su existencia —como dijo el Papa en su primera visita a Polonia— al sudor y a la resistencia de los obreros.