En busca de la santidad
Papa Francisco: Hay que tener en cuenta que la santidad no es algo que nos proporcionamos a nosotros mismos, que obtenemos con nuestras cualidades y nuestras habilidades. La santidad es un don, es el regalo que nos hace el Señor Jesús, cuando nos lleva con Él, nos cubre de Él y nos hace como Él... La santidad es el rostro más bello de la Iglesia: es descubrirse en comunión con Dios, en la plenitud de su vida y su amor... no es la prerrogativa de unos pocos: la santidad es un don que se ofrece a todos, sin excepción, por eso es el carácter distintivo de cada cristiano.
martes, 31 de marzo de 2015
jueves, 26 de marzo de 2015
LA PEDAGOGÍA DE LAS CIMAS
Pedagogía de las cimas
Sólo un “evangelizador” puede acompañar y formar a otro para que llegue a ser también “evangelizador”. Y sólo lo podrá hacer si descubre que no será lo que le diga –por muy buen y didáctico discurso que haga- ni siquiera por lo que hace –por muy buenos y contrastados métodos que utilice-, sólo será posible por lo que es: un evangelizador es “otro Cristo”.
No evangelizan los métodos, sino el Espíritu que habita en ellos, no evangelizan las palabra ni los discursos si no están habitadas por el Espíritu Santo. No evangeliza una pedagogía horizontal natural y terrena, sino una pedagogía con paisajes, una pedagogía de las cimas. Sólo evangeliza un “evangelizador”, sólo evangeliza quien ha sido transformado por Dios en otro Cristo, participando de su divinidad. Sólo evangeliza Cristo.
Si sólo evangeliza Cristo, nuestro único cometido será poner a las almas en contacto con Él; ser facilitadores del encuentro real con Dios. Por eso toda acción evangelizadora debe ir encaminada a provocar frecuentes momentos de encuentro con Él, de acercar a las almas a los sacramentos, especialmente a la Eucaristía (si es posible diaria) y a la confesión. No se trata de métodos especiales o sobrenaturales; son lugares reales de encuentro con Dios.
De la misma manera la lectura de la Palabra de Dios, los Ejercicios Espirituales anuales, los Retiros mensuales, las meditaciones diarias ante el sagrario, el rosario, la lectura espiritual, el acompañamiento o dirección espiritual, encuentro de círculos donde rezar juntos, formarse y compartir vida, convivencias, … no son meros métodos, son momentos y lugares de encuentro con Dios donde Él nos va transformando, nos va configurando como otros Cristo, como evangelizadores.
De la misma manera la lectura de la Palabra de Dios, los Ejercicios Espirituales anuales, los Retiros mensuales, las meditaciones diarias ante el sagrario, el rosario, la lectura espiritual, el acompañamiento o dirección espiritual, encuentro de círculos donde rezar juntos, formarse y compartir vida, convivencias, … no son meros métodos, son momentos y lugares de encuentro con Dios donde Él nos va transformando, nos va configurando como otros Cristo, como evangelizadores.
Esta pedagogía nos hace comprender el mensaje de Cristo y nos enseña a vivir en la Iglesia sirviéndola como ella quiere ser servida. Por la pedagogía de las cimas encontraremos el ejemplo de todos los santos que han vivido esta experiencia y que nos acompañan en nuestra aventura de experiencia cristiana de Dios. Caminar de la mano de la Virgen María es garantía de una fecunda pedagogía que engendra constantemente a Cristo en cada uno de sus hijos que, a imitación de la Inmaculada, también dicen su “sí”, aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Este sí de María que cambió la historia del mundo, transformará también nuestra particular historia.
Por eso esta pedagogía que supera lo meramente humano es una pedagogía de las cimas que abrazando a Dios también nos humaniza y dejándonos abrazar por Él nos diviniza.
lunes, 16 de marzo de 2015
Papa Francisco explica cómo ser un buen maestro católico
VATICANO, 14 Mar. 15 / 08:18 am (ACI).- El Papa Francisco continuó con su nutrida agenda este sábado por la mañana y recibió a una amplia representación de miembros de la Unión Católica Italiana de Profesores, Dirigentes, Educadores y formadores medios. Una asociación que cumple 70 años a quienes el Pontífice aconsejó vivamente sobre la formación de los escolares.
Al iniciar su discurso en el Aula Pablo VI ante miles de maestros, el Santo Padre pidió permiso para llamarles “colegas” ya que “también yo fui profesor como ustedes y conservo un bonito recuerdo de las jornadas vividas en el aula con los estudiantes”.
El Santo Padre pidió a los profesores actualizar las propias competencias didácticas, también a la luz de las nuevas tecnologías, porque “ser profesor no es solo un trabajo: es una relación en la que cada maestro debe sentirse enteramente implicado como persona, para dar sentido a la tarea educativa hacia los propios alumnos”.
“Los animo a renovar su pasión por el hombre en su proceso de formación y ser testimonios de vida y de esperanza”, dijo.
Como buen conocedor de esta profesión, Francisco recalcó que es “un trabajo precioso porque permite ver crecer día a día a las personas que han sido confiadas a nuestro cuidado” y “es un poco como ser padres, al menos espiritualmente”.
El Papa también comentó que “es una gran responsabilidad” así como un trabajo “serio que solo una persona madura y equilibrada puede realizar”. Y, a su juicio, una buena cosa es que “se comparte siempre el propio trabajo con otros colegas y con toda la comunidad educativa a la que pertenece”.
El Pontífice recordó los inicios de la Asociación, fundada por el profesor de religión Gesualdo Nosengo, “que sintió la necesidad de recoger a los maestros de secundaria de entonces, que se reconocían en la fe católica y que con esta inspiración trabajaban en la escuela”.
Francisco hizo un repaso de esta asociación, con la que “han contribuido a hacer crecer el país, reformar la escuela y sobre todo a educar a generaciones de jóvenes”. A pesar de que desde entonces ha cambiado la sociedad, “siempre hay profesores dispuestos a trabajar en la misma profesión con ese entusiasmo y esa disponibilidad que da la fe en el Señor”.
El Papa recordó que la enseñanza más importante de Jesús es la de “amar al Señor tu Dios y amar al prójimo”. “Nos podemos preguntar: ‘¿Quién es el prójimo para un profesor?’.¡El ‘prójimo’ son los estudiantes!, exclamó. “Y aquellos con los que transcurre sus jornadas. Son los que por él tienen un guía, una dirección, una respuesta y, todavía antes, buenas preguntas”.
El Papa pidió que iluminen y motiven una “justa idea de escuela”, que “es oscurecida por discusiones y posiciones reductivas” y recordó que “la escuela está hecha en verdad de una válida y cualificada instrucción, pero también de relaciones humanas, que de parte nuestra son relaciones de acogida, de benevolencia, de reservar a todos indistintamente”.
Como Obispo de Roma y antiguo maestro dio algunos consejos sobre cómo enseñar de la mejor manera, por ejemplo “amar con mayor intensidad a sus estudiantes más difíciles, más débiles, más desfavorecidos”.
Este fue uno de los asuntos que más quiso subrayar y animó a “amar más a los estudiantes que no quieren estudiar, aquellos que se encuentran en condiciones de privación, los discapacitados y los extranjeros, que hoy son un gran desafío para la escuela”.
Al tratarse de una asociación católica, el Papa indicó que si quieren testimoniar la propia inspiración de esta sociedad deben “empeñarse en las periferias de las escuelas, que no pueden ser abandonadas a la marginación, la ignorancia, a la mala vida”.
En este sentido, “en una sociedad que cansa de encontrar puntos de referencia es necesario que los jóvenes encuentren en la escuela una referencia positiva”. Esto se consigue con profesores que den “un sentido a la escuela, al estudio y a la cultura, sin reducir todo a la sola transmisión de conciencias técnicas, sino apuntando a construir una relación educativa con cada alumno, que debe sentirse acogido y amado por aquello que es, con todas sus limitaciones y sus potenciales”.
El Papa también habló sobre la cantidad de buenos educadores que la comunidad cristiana ha tenido siempre. Ellos “se han dedicado a suplir las carencias de la formación en la escuela, o a fundar colegios algunas veces”.
Por ejemplo, “San Juan Bosco del que este año se celebra el bicentenario”. Se trata, aseguró el Santo Padre, de un modelo “que pueden mirar también ustedes, profesores cristianos, para animar desde el interior una escuela que, independientemente de que su gestión sea estatal o no, tiene necesidad de educadores creíbles y de testimonios de una humanidad madura y completa”.
jueves, 5 de marzo de 2015
¿POR QUÉ SOY CATÓLICO...?
¿POR QUÉ SOY
CATÓLICO...?
"Un solo
Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a la que habéis sido
llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y
Padre." Efesios 4,4-5
LA FE VALE MÁS QUE EL ORO.
La fe vale más que el oro. Por ello, si dudas,
cerciórate antes; si estás cierto, compártela; si la perdiste, recupérala.
Yo antes era católico pero ahora soy...
Yo no apruebo, pero respeto tu decisión de cambiar
la fe que Dios te dio por la que a ti te gusta. Pero permíteme decirte al
menos, por qué soy católico, y por qué quiero seguirlo siendo.
1. Yo soy
católico porque es la Iglesia que Cristo fundó.
¡Así de fácil y así de sencillo! Todo lo que hace
Cristo, lo hace para nuestra salvación. Si Cristo fundó una Iglesia, lo hizo
para salvarnos, y todos debemos adherirnos a ella. (Lumen Gentium n. 14). Si
Cristo no fundó ninguna, entonces todas las iglesias son falsas y no debemos
pertenecer a ninguna.
Por ello, a pesar de que reconocemos los muchos
elementos de santidad y verdad en otras iglesias, para el católico no tiene
sentido ni razón el dejar la Iglesia de Cristo para pasarse a otra fundada por
un hombre, por más inteligente y famoso que éste sea.
Cristo nuestro único Salvador instituyó a su Iglesia
Santa... Esta única Iglesia subsiste en la Iglesia católica. (Lumen Gentium n.
8). Esto es lógico, si hay un único Salvador, debe haber una única Iglesia. Yo
respeto y reconozco las muchas cosas buenas que hay en otras iglesias
cristianas pero yo quiero vivir y morir en la Iglesia que Cristo fundó.
2. Yo soy
católico porque mi Iglesia es una familia.
Yahvé‚ mandó construir una barca a No‚ y se
salvaron todos los que estaban dentro. Lee: 1 Pedro 3, 21 No‚ se salvo en
familia. Por eso la barca es símbolo de la Iglesia.
Los israelitas se salvaron juntos, con Moisés como
su jefe y guía. La Iglesia es el nuevo pueblo de Dios. Si tú crees que puedes
recorrer solo el desierto usando como mapa tu propia interpretación de la
Biblia, no culpes a Dios si te pierdes. Lee: CIC = Catecismo de la Iglesia
Católica, 781 ss.
Por eso Cristo no escribió un libro, sino fundó una
Iglesia. (CIC 108).
Por eso S. Pablo no llama a la Iglesia "club
de Jesús", sino "cuerpo de Cristo" para que entiendas que al
separarte de su Iglesia te separas de Cristo. Lee: Juan 15, 1-6.
3. Yo soy
católico porque en la Iglesia conozco con certeza y totalidad la doctrina de
Cristo.
Cristo mandó a sus apóstoles enseñar toda su
doctrina, a todos, todo el tiempo. Lee: Mateo 28, 16-20. Y a nosotros
escucharles a ellos: "quien a vosotros oye a mi me oye, quien a vosotros
rechaza a mí me rechaza". Lee: Lucas 10,16.
Hoy hay muchos que predican a Cristo, y como S.
Pablo nos alegramos, pero nosotros queremos escuchar sólo a quienes Cristo
envió. Estos son los apóstoles y sus legítimos sucesores. Estudia: Lumen
Gentium n. 8.
4. Mi
Iglesia es la Casa de Dios.
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Lee: Éxodo 33,11.
Hay quien dice que todas las iglesias son iguales y
es verdad, pero sólo por fuera. Por dentro, en mi Iglesia siempre está la
lámpara encendida en el santuario, símbolo de la presencia de Dios. Lee: 1
Samuel 3,3. Con razón dice S. Pablo que la Iglesia es la casa de Dios vivo.
Lee: 1 Timoteo 3,15. Yo no estoy dispuesto a dejar la casa de Dios para irme a
la casa del vecino.
5. Yo soy
católico porque es la única Iglesia que me ofrece a Cristo como Pan de Vida.
Yo no quiero que Cristo me reproche a mi:
"Vosotros escudriñéis las Escrituras...pero no queréis venir a mí para
tener vida." Lee: Juan 5,39-40. Él me invita: "Yo soy el pan de
vida,... el que viene a mí no lo echaré fuera". Lee: Juan 6, 34 y 37.
Todas las iglesias cristianas escudriñan las
Escrituras, es verdad, pero sólo la Iglesia Católica me ofrece a Cristo: el Pan
de Vida eterna. Lee: Juan 6, 55-58.
Si Cristo me dejó la Eucaristía como memorial de su
amor, ¿cómo me voy a olvidar de su amor? Lee: CIC1380.
No hay duda que en todas las iglesias se predican
cosas bonitas de Cristo, pero ¿qué me pueden dar a cambio de recibir en mi
corazón a Cristo realmente presente en la Eucaristía?
6. Yo soy
católico por que Cristo me encomendó a su Madre.
El discípulo amado al pie de la cruz representaba a
todos los cristianos. Si Cristo me dice: "Ahí tienes a tu Madre"
¿Cómo me voy a ir a una iglesia que me dice: "No, María no es tu
madre"? Si S. Juan se la llevó a su casa ¿cómo me voy a ir a otra iglesia
que ni siquiera me deja tener un cuadro de María?
7. Yo soy católico por amor a la Verdad.
Según el principio protestante de la interpretación
privada de la Escritura, cada quien puede enseñar su opinión. Yo respeto la
opinión de los demás, pero Cristo es la Verdad y no la opinión. La opinión
lleva a la confusión y división, la verdad a la unidad y certeza.
Cristo erigió a su Iglesia como columna y
fundamento de la verdad. Lee: 1 Timoteo 3,15. Por eso "La Iglesia Católica
es la maestra de la verdad, y su misión es exponer y enseñar automáticamente la
Verdad que es Cristo." (Dignitatis Humanae n. 14).
Nosotros no negamos que en otras iglesias
cristianas haya muchos elementos de verdad. Un trozo de espejo puede muy bien
reflejar la luz del sol, pero no por eso voy a dejar al sol para quedarme con
su reflejo.
Hay quien pretende confundirnos mencionando los
malos Papas, los malos sacerdotes, la Inquisición, etc. Yo les respondo así:
"A mí enséñame una Iglesia que tenga más mártires que hayan dado su vida
por Cristo, más misioneros que hayan predicado el Evangelio, más mujeres
consagradas al servicio de los más pobres, y yo me voy con ella". Su
silencio es elocuente.
Sí, es en la Iglesia Católica donde yo veo el poder
de Cristo más fuerte, la gracia de Cristo más abundante, su santidad meas
atractiva, su caridad más eficiente, por eso soy y quiero seguir siendo
católico.
9. Yo soy
católico porque a Cristo no le gustan las divisiones y quiere que todos unidos
formemos un solo rebaño bajo un solo pastor.
Jesucristo quiere la unidad. Lee: Juan 17,21. El
sectario primero siembra duda y desconfianza, después corta y separa, y por
ultimo acapara.
Jesucristo quiere que en su Iglesia haya un solo
rebaño y un solo pastor. Lee: Juan 10,16. Cristo desea que estemos unidos y no
divididos en multitud de iglesias al gusto del consumidor. Lee: CIC820.
Los apóstoles nos exhortan a la unidad. ´Un solo
cuerpo y no miembros divididos, un solo Espíritu y no muchos espíritus, una
sola esperanza, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y
Padre. Lee: Efesios 4,4.
Hay algunos cristianos que dicen que ellos sólo
aceptan la Biblia, y se auto nombran pastores con derecho a formar su propio rebaño,
fundar su propia esperanza, inventar su propia fe y establecer su propio
bautismo y, en definitiva, no aceptan otro señor que el de su propia razón y
juicio para interpretar la Biblia.
10. Porque mis padres me bautizaron.
Yo soy católico porque mis padres me bautizaron, es
verdad, y no me avergüenzo, porque un padre quiere siempre lo mejor para sus
hijos. A otros les heredan dinero, a mi me heredaron la fe, y no la cambio por
todo el oro del mundo.
11. Soy católico por la gracia de Dios.
La fe católica es un talento que Dios te dio y te
va a pedir cuentas de él. Tú eres culpable si lo pierdes por tu negligencia.
Lee: Mateo 25, 24-28. Por eso dice Jesús: "El que perseverare hasta el
fin, se salvará." Lee: Mateo 10,22.
Si la fe es un talento de Dios, entonces tengo el
compromiso de conservar, fortalecer y multiplicar mi fe evangelizando a los
demás. Esto me ayuda además, a entender que no basta tener argumentos, es
necesaria la luz de Dios para acercar a otros a la fe. Por ello te voy a dar
varios consejos:
• Estudia tu fe. La Iglesia Católica no tiene miedo
de la verdad, lo único que teme es la ignorancia.
Martín vendía piedras del desierto para
coleccionistas. Un día, un geólogo entró a su tienda para comprar un recuerdo
para sus hijos. Tomó una que le llamó la atención y preguntó: "¿Cuánto
vale esta?" - "Todas valen 20 dólares, pero como esa no es muy bonita
se la dejo en 10". El cliente pagó el precio y de ahí se dirigió al Banco
a depositarla: Era un zafiro en bruto que valía meas de un millón de dólares,
pero Martín ignoraba su valor.
• Practícala. Muchos cambian su fe porque nunca la
practicaron. La fe no entusiasma sino al que la vive.
En esa misma línea el Papa decía hace poco:
"Uno de los motivos que pueden llevar a acoger las proposiciones de esos
nuevos movimientos religiosos es la poca coherencia con que algunos cristianos
viven su compromiso cristiano, y también el deseo de una vida cristiana más
fervorosa, que se espera experimentar en determinada secta, cuando la comunidad
que se frecuenta está poco comprometida.
Pero se trata de un engaño. Del malestar interior
antes mencionado, se sale mediante una verdadera conversión interior, según el
evangelio y no afiliándose irreflexivamente a esa clase de grupos". (J.
Pablo II, Jornada Mundial del Emigrante).
• Compártela. La fe se fortalece dándola.
La fuerza de las sectas está en el silencio y en la
inacción de los católicos. La verdad no necesita ni de gritos ni de alharacas,
se impone por sí misma, basta predicarla con claridad y vigor. Cumple tu deber
de evangelizar repartiendo los folletos de Fe y Evangelio y ora antes de
hacerlo para que Cristo bendiga tu trabajo.
EL CONCILIO NOS HABLA.
El Concilio reconoce que fuera de la Iglesia
Católica se encuentran muchos elementos de santidad y verdad, y nos sentimos
unidos a esos hermanos en Cristo (Lumen Gentium n. 8). Pero con igual firmeza
afirma que la plenitud de gracia y de verdad fue confiada a la Iglesia
Católica, y a esta Iglesia el Señor confió todos los bienes de la Nueva Alianza
(Unitatis Redintegratio n. 3).
Todos enseñan verdades, unos menos, otros m s, pero
la Iglesia Católica es la que me guía a toda la verdad (Lumen Gentium n. 4).
Ella, por voluntad de Cristo, es maestra de la
verdad (Dignitatis Humanae n. 14).
La Iglesia reconoce que hay muchos que honran la
Sagrada Escritura como norma de fe y vida (Lumen Gentium n. 15), pero afirma
que a esa Escritura va unida la Tradición y el Magisterio de modo que ninguno
puede subsistir sin los otros. (Dei Verbum n. 10).
Como las grandes obras maestras, a la Iglesia de
Cristo todos la imitan, pero ninguno la iguala ni supera, porque es obra de
Cristo.
ORACION
Señor Jesús, no dejes que los cuervos de la duda se
coman la semilla de la fe que Tú plantaste en mi corazón; ni sea ahogada por
las espinas de mis propias pasiones, sino que a través del estudio y del
testimonio, eche raíces en mi corazón y da mucho fruto. Amen.
Padre Juan Rivas L.C.
martes, 3 de marzo de 2015
¿QUÉ SUPONE UNA ESCUELA PERMANENTE DE EVANGELIZACIÓN?
¿Quieres formarte
como discípulo y evangelizador?
¿Para qué? ¿Qué
supone una Escuela de Evangelización?
Supone una propuesta
transversal, que abarca tanto a laicos, como a sacerdotes y
religiosos/as, con la pretensión de potenciar
el carisma de cada cual, de forma que lo aprendido allí pueda ser aplicado en las comunidades,
parroquias y movimientos de origen.
Está por tanto abierto
a todos los miembros de la Iglesia ya involucrados en la tarea de la
Nueva Evangelización, así como a quienes, sin estarlo aún, quieren
prepararse para la misma.
Por su índole propia se dirige a gente con capacidad de influir en otras personas:
sacerdotes con responsabilidades
pastorales, laicos involucrados en la evangelización, religiosos/as de
vida activa, profesores de religión, catequistas, y, en general,
cristianos
deseosos de servir a los demás desde puestos de responsabilidad
prácticos.
Un lugar privilegiado dónde conocer “en vivo” las experiencias y metodologías más eficaces de
la actualidad (y a sus protagonistas), así como un espacio de análisis de
tendencias de cara al futuro.
Una manera única
de conectar con todos aquellos que han sentido
la llamada a la misión y tienen la inquietud de trabajar de una manera
transversal por la Iglesia, traspasando las barreras personales de carismas y
estilos propios, para aprender de otros.
Una propuesta de
trabajo para el resto del año, que inspire
la formación y donde se aprenda y capacite a las personas para ser discípulos
al tiempo que evangelizadores.
Un estímulo de cambio
para la Iglesia, que ayude a los participantes a llevar lo aprendido a sus diócesis, grupos y comunidades,
aplicándolo a la luz de sus carismas respectivos.
Un estilo nuevo en su ardor, en su metodología y en su expresión, de acuerdo con las
llamadas de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Una propuesta novedosa,
en definitiva, que quiere estar llena de amistad, actualidad, ideas nuevas y
Espíritu Santo. Que aspira a entender, interpretar, y contribuir al desafío de
la Nueva Evangelización para la Iglesia.
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FIRMES EN LA FE (Himno oficial JMJ Madrid 2011)
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Abelardo de Armas. Un seglar descubre la oración from Cruzados de Santa María on Vimeo.
Fuente: http://abelardodearmas.blogspot.com/